La 24ª edición del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, que comenzó el viernes 25 de abril, dedica un tributo especial al aclamado cineasta estadounidense David Lynch. El evento honra al director conocido por su singular visión estética, cuya influencia se extiende «mucho más allá de lo que es posible medir». La dedicación a Lynch, descrito como un «maestro de la confección de películas» y un cineasta formidable, incluso ha llegado a «apoderarse un poco del Festival», reflejando su especial significado para una determinada generación.
Frederick Elmes
Este homenaje se manifiesta en una amplia retrospectiva de su obra, un guiño destacado en el cartel oficial con el icónico enlosado de Twin Peaks, y la presencia de figuras fundamentales en su carrera. Entre ellas destaca Frederick Elmes, director de fotografía y estrecho colaborador de Lynch, quien compareció ante los medios junto al director del festival, Luis Miranda.
La ‘atmósfera Lynch’
Elmes, pieza esencial en la construcción de la atmósfera envolvente de películas como ‘Cabeza borradora’ (‘Eraserhead’), ‘Terciopelo azul’ (‘Blue Velvet’) o ‘Corazón salvaje’ (‘Wild at Heart’), describió su asistencia al festival como «todo un honor» y algo «maravilloso» para hablar de cine y del legado de Lynch.
Conexión inmediata
Elmes conoció a Lynch siendo ambos jóvenes en el American Film Institute, estableciéndose una conexión inmediata basada en la curiosidad por las imágenes y el deseo de convertirlas en «algo así como en una pintura en movimiento» con un estilo definido. Esta sintonía artística extendió su colaboración profesional a lo largo de diversas producciones.
Frederick Elmes compartió anécdotas que ilustran la particular personalidad de Lynch, como su estricta indicación de no cambiar objetos de lugar en el set o su exigencia de una oscuridad aún mayor en planos aparentemente ya casi negros durante el rodaje de ‘Cabeza borradora’, demostrando una capacidad para apreciar matices que llevó a Elmes a considerarlo «un genio».
Aunque no pudo participar en el equipo de rodaje de ‘Twin Peaks’ por estar filmando ‘Corazón salvaje’, su colaboración con Lynch no se limitó a largometrajes, abarcando también cortos e incluso anuncios publicitarios para marcas como Calvin Klein o Yves Saint Laurent.
El estado de ánimo del espectador
Elmes destacó la particular visión de Lynch para condicionar el estado de ánimo del espectador, un enfoque que ha dotado a su cine de un «magnetismo innegable». Explicó que Lynch buscaba el «estado de ánimo correcto» en el espectador, dándole a él «libertad y manga ancha» para lograrlo. Aunque reconoció que las películas de Lynch «no son para todos los públicos» y que algunas son más accesibles, como ‘El hombre elefante’ que tiene una estructura más tradicional, otras obras, precisamente las que le atrajeron artísticamente, se alejan de esa estructura.
El director de fotografía, con una larga carrera que incluye colaboraciones con directores como John Cassavetes, Jim Jarmusch o Ang Lee, también reflexionó sobre los retos creativos en el cine, señalando que, a pesar de los cambios tecnológicos como el paso al 35 mm o la alternancia entre tecnología convencional y digital, el núcleo del proceso, que es ver a los personajes del guion «cobrando vida», sigue siendo el mismo.
Quim Casas
La presentación del homenaje contó también con la participación de Quim Casas, crítico de cine y autor de un libro fundamental sobre la filmografía de Lynch. Casas, invitado de excepción, expresó el «honor» de estar junto a Elmes, reconociendo haber trabajado con tres de sus directores favoritos: Lynch, Jarmusch y Cassavetes. Para Casas, la obra de Lynch marca «un antes y un después tras Terciopelo Azul», película con la que retomó su pulso tras el fracaso de ‘Dune’.
Subrayó que Lynch representa como nadie «la idea del artista renacentista» en la segunda mitad del siglo XX y hasta hoy, destacando su prolífica actividad no solo en cine y televisión, sino también en música (blues industrial, pop, dream pop), pintura, fotografía, publicidad, videoclips, instalaciones, diseño de muebles e incluso un uso pionero de internet con su propia web y trabajos experimentales.
Según Casas, Lynch creía que las ideas están «flotando en el aire» esperando ser captadas. Para abordar sus películas, Casas sugiere «dejarse llevar» y «no intentar buscar muchas metáforas o análisis lógicos», ya que así se pueden entender giros argumentales o universos particulares presentes en obras como ‘Carretera perdida’, ‘Cabeza borradora’, ‘Terciopelo azul’ o ‘Twin Peaks’. Lynch, según Casas, empezó en el cine para «dotar de volumen y de sonido a sus pinturas».
La sección dedicada al director en el festival se titula «Lynch, camina conmigo» y es protagonista de la edición. Se proyectan sus diez largometrajes, seis cortos y cuatro episodios de ‘Twin Peaks’. La retrospectiva ha demostrado ser un gran atractivo para el público del festival, con varios pases ya agotados, evidenciando el perdurable magnetismo de la obra de David Lynch.
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