El mago blanco Christopher Lee, icono indiscutible del terror cinematográfico, perenne drácula y malvado universal. Peter Cushing, alto mando del Imperio galáctico, logrado Holmes y Doctor Who para la posteridad. Oliver Reed, Barón de Munchausen, Robinson y licántropo. Tres pedazos de actores británicos que fueron dirigidos con maestría por un talentoso compatriota: Terence Fisher. El director de las más convencionales pero no por ello menos efectivas películas de miedo de toda la vida. Fisher es objeto de un ciclo monográfico de Filmoteca Canaria.
El Teatro Guiniguada alberga entre febrero y marzo nada menos que cinco proyecciones del cineasta londinense. Un autor que tocó todos los palos del terror tradicional: Drácula, la momia, el Hombre Lobo o Frankestein. Un clásico de los cincuenta y los sesenta, que trazó las líneas maestras del gótico y siniestro universo del cine de miedo. Contribuyó, sin duda, a perpetuar mitos literarios universales, para, además, influir en profesionales y público de manera decisiva. El género fue construido por directores como Fisher, que tiene una importancia capital en su desarrollo. También, manejó con acierto el notable talento que han demostrado en sus carreras brillantes primeros actores británicos. Estas son las fechas de unas citas programadas a las 20:30 horas.
- 4 de febrero: Drácula
- 11 de febrero: Las novias de Drácula
- 18 de febrero: La Gorgona
- 4 de marzo: La maldición de Frankenstein
- 11 de marzo: La maldición del hombre lobo
La Filmoteca Canaria abre la programación de 2014 con un ciclo dedicado a Terence Fisher (1904-1980), director británico cuya carrera estuvo vinculada a la legendaria productora Hammer Films donde realizó las mejores películas de terror gótico para mayor gloria de Christopher Lee, otro mito del cine genérico que cada vez cuenta con más adictos. Dicen las enciclopedias que el término “gótico” hace referencia tanto al arte que tuvo lugar en Europa en el siglo XII como a la novela de intriga o terror ambientada en la Edad Media. Y dicen, igualmente, que alude al tipo de letra que tiene formas angulosas. No dicen las enciclopedias que el término “gótico” denota, en el lenguaje cotidiano, un inequívoco tono peyorativo, probablemente acuñado por quienes no conocen el cine de Fisher, cuyas películas se caracterizan por una mezcla de fantasía, mito y sexualidad que escapa a todo encasillamiento. Ahí está la clave para entender la obra cinematográfica de Fisher (Drácula, La novias de Drácula, La Gorgona, La maldición de Frankenstein y La maldición del Hombre Lobo): con su extraordinaria visceralidad para combinar estilos y conceptos a la hora de poner en imágenes un mundo siniestramente autoritario, presidido por una mente maléfica e inductora todopoderosa del mal comportamiento, Fisher no hace otra cosa que una llamada al espectador para que esté alerta. Históricamente, estamos todavía en terreno incierto, en el interregno espacial en el que los peores monstruos (Drácula, Frankenstein, el Hombre Lobo) se dan en la imaginación. El cine de Fisher se movió siempre dentro de la más elemental, pero no por eso menos complicada, de las paradojas: la subversión en los puntos de vista con que abordaba los mitos clásicos y la sencillez con que planteaba sus historias en la pantalla. Filmoteca Canaria.
* Espacio Cultural Aguere acoge el ciclo en Tenerife.
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